Una de las pocas acciones en que puede intervenir responsablemente el Estado, es en la propuesta del reajuste. Y en estos días, el Gobierno ha hecho noticia en cuanto al tema. Así ha salido con calculadora en mano a sacar cuentas alegres, porque ellos dicen que han ofrecido un 1,5% real, que supera notoriamente a los entregados por los Gobiernos de la Concertación , pues fueron del orden del 1,4% real (2.008), y un 0,7% real (2.009). O sea, el Gobierno más generoso sería en consecuencia el actual.
Por su parte, el Ministro de Hacienda, Sr. Larraín consideró que un sueldo mínimo de $ 180.000, era “mucho”, por eso que ahora, está proponiendo $ 171.500. En efecto, el Diputado Nicolás Monckeberg (RN), advierte que el 3% neto que está dando el Gobierno, es “bueno”, afirma que pedir más sería una “jugarreta política” y que insistir más allá de este porcentaje (3%) perjudicaría a los “trabajadores más vulnerables del país” (¿?)
Volviendo al Ministro de Hacienda advierte que lo ofrecido por el gobierno es una “propuesta equilibrada, mantiene el poder adquisitivo de los trabajadores y además cuida el empleo”. Y como pareciera que sólo importan los números y no las personas, nos hace pensar que mientras más bajo sea el sueldo mínimo, más empleo habría. O sea, se busca que el sacrificio lo continúen haciendo los trabajadores “los más vulnerables”. Y la brecha de sueldos indignos sigue aumentando. Y en esta grieta social, también están los 700.000 cesantes, para quienes el sistema neoliberal no ha sido, ni será la solución; con seguridad que son ellos padres de familia y deben sostener un grupo familiar conciso, promedio de 4 integrantes, tendríamos alrededor de 2.800.000 personas carentes de lo necesario y virtualmente ubicados en el umbral de la “puerta giratoria” de la pobreza.
Por otra parte, la consideración del Sr. Ministro que hace ante un eventual sueldo mínimo de $ 180.000, que, como se dijo, lo califica de “mucho”, creo que su adjetivo resulta obsceno. Porque si recurrimos al diccionario de la RAE , para salir de nuestro empacho semántico, nos dice que “mucho” significa “abundante, numeroso” ¿Verdaderamente el Ministro nos quiso decir eso? De ser cierta sus expresiones, constituye por decir los menos, un despropósito poco humanitario ¿Verdad?
No obstante, los dichos del Diputado Monckerberg, referidos a la petición de los trabajadores de un reajuste por sobre el 3% y, sin consultar a los afectados, lo evalúa de “bueno”, o sea, a su juicio, sería “adecuado” para los trabajadores. Todo ello en el contexto del sueldo mínimo que a decir verdad estamos ante un sueldo no sólo mínimo, sino que también indecente, porque ni siquiera alcanza para cubrir las necesidades básicas de una familia, como son la alimentación, el vestuario, la salud, la educación, el transporte y el teléfono. Parece que ambos, tanto el Sr. Ministro como el Sr. Diputado, nunca se han puesto en el lugar del trabajador, porque calificar de “mucho” y “bueno” ganar los hipotéticos $ 180.000 mensual, es incalificable y vergonzoso. La única explicación debe ser que ellos ganan 70 veces esa cantidad y con esa suma en verdad tienen cubierta sus necesidades, que más del 40% de la población de los trabajadores del país, no alcanzan a satisfacerlas.
Lo curioso es que vivimos en un país que se dice mayoritariamente católico, cuya fe cristiana nos debiera conducir preferentemente a forjar un país “mejor para todos” -no para unos pocos-. No obstante, el duro dato de la realidad viva, nos dice rotundamente que ello no es así. Pues el país está dentro de los Top Ten de las naciones con mayor discriminación salarial en el mundo. Fruto, no cabe duda, de la política injusta del “chorreo” que pensamos que después del triunfo de la derecha, se intensificará, porque hoy justamente están en el poder, con el legítimo apoyo del pueblo por cierto, los padres de este modelito implementado en los tiempos de la aciaga dictadura y que obviamente, más que un “cambio” se mantendrá con seguridad, el estado de las cosas, como por ejemplo, la misma política del “chorreo” y el sueldo ético de $ 250.000 que propuso el Obispo Goic está más lejos que nunca.
Por eso creo que pensar que $ 180.000 es “mucho” para el Sr. Ministro y “adecuado” para el Sr. Parlamentario, se debe a que sólo han dormido en la casa de los pobres para la tele, y nunca han hecho lo del empresario italiano Enzo Rossi, que luego de tomar el sueldo mínimo de Italia –nos cuenta el Obispo Goic- intentó vivir un mes con ese salario y sólo le alcanzó para 20 días (la historia completa está en Google). Luego de esa experiencia, el empresario italiano razonó éticamente y acto seguido, incrementó el sueldo mínimo de sus trabajadores de su fábrica de pastas “Campofilone”, en un 20% (200 euros) y declaró “es justo tomar más de los ricos para dárselo a los pobres”.
Esta conducta, es indudablemente muy cristiana por cierto, en un país de mayoría católica, ¿Cómo se logra?, no recurriendo a las estadísticas, ni a los datos comparativos, ni tampoco haciendo disquisiciones entre el reajuste “neto” y el “real”, sino teniendo la voluntad de ponerse en el lugar del trabajador “más vulnerable”, como lo dijo el señor parlamentario, y a partir de él, de lo humano proceder en justicia.
Y emulando el pensamiento humano del empresario italiano, y viendo la preocupación que tiene el Sr. Ministro por “cuidar el empleo”, en un país que se manifiesta mayoritariamente católico, -me dijo un amigo- que “sería justo y cristiano que la grandes empresas paguen más tributos y que las pequeñas empresas (pymes) que son las que dan más trabajo, paguen menos impuestos, para que así puedan pagar salarios decentes y con ello, por cierto que se estaría cuidando el empleo con plena equidad”
O sea discriminar en positivo, así de simple…
Luis Rojas J
LOS ANDES.-
Cut Provincial